sábado, 29 de agosto de 2009

DILEMA SOBRE LA INDUSTRIA ROCKERA EN EL PERU

Por Kenny Villar Azurín.
El reportaje realizado por Juan Carlos Cabrera, para la décima cuarta edición de la revista Phantom, nos permitió conocer la forma como abordan los músicos de la capital, la actual escena del Rock nacional. El análisis es somero y pragmático, que gira en torno a la dinámica de la industria musical, un tema que insita a profundizar la problemática del rock en el resto del país.

No existe mejor prueba de reconocimiento para una banda, que la circulación de un disco entre el publico. La industria musical es un tema bastante rebatido y por demás recurrente, desafío que todo músico aspirante tiene que pasar.

Distintas bandas provincianas se han sacrificado demasiado por muchos años e inclusive décadas, llegando a producir material fidedigna, en grabaciones caseras que solo los difundieron entre amigos y por alguna que otra emisora local, pero todo quedo allí.
Grabar un disco no solamente es un afán “romántico”, sino un símbolo que congratula la identidad profesional de quienes lo producen. Un disco es un objeto pequeño y transportable que puede llegar más fácil a los medios y al público para ser difundido.

Estas bandas han llegado a grabar en pequeños salas de sus respectivas provincias por que no contaban con los suficientes recursos económicos como para grabar sellos originales, aunque algunas han podido lograr sus expectativas, pero se encontraron con otro dilema el no poder contar con medios que los puedan promover con la merecida seriedad.

Resignados ante la incapacidad de los medios y las instituciones culturales la mayoría de las bandas provincianas, han optado por regalar o vender sus discos, a un precio asequible, sobre todo durante sus presentaciones publicas, como una forma de promocionarse; esta practica son muy comunes sobre todo en las bandas de Rock Independiente; consideran que solo a través de los conciertos se puede recuperar la inversión en los discos.

Las bandas del interior se mueven por distintas ciudades del país, a pesar de contar con un público menor y afrontar las deficiencias tégnologicas. Solo el alto grado de pasión y la irrenunciable convicción por la música los vuelca a la práctica. Conforme se desplazan dejan su material en las tiendas de disco a un monto asequible.

Julio Pérez; vocalista de la banda La Sarita; afirma que si bien es cierto que existe talento y potencia musical en el país, el desconocimiento del lado empresarial en los músicos es alarmante, debido a la ignorancia y la incredulidad de los mismos. Hace falta una rotunda educación en el sentido empresarial. Afirma además, que en el campo de los medios de comunicación hay mucho desconocimiento de la oferta y potencial del mercado y de lo que este puede significar, al igual que en el caso de los auspiciadores y empresa.

Lo más irónico es que en las provincias se venden más discos de bandas foráneas que bandas locales o nacionales. Por otra parte no existen tiendas discográficas de nivel profesional. La pervivencia del mercado ambulatorio y la piratería, el desinterés de las instituciones del Estado, la ignorancia de cultura musical y la falta de recursos económicos del consumidor, tienen merecidas justificaciones.
En un articulo sobre industria musical, Laslo Rojas, considera que colgar un disco nuevo en el Internet es (todavía) subversivo para la industria musical, y cita el ejemplo de Radiohead, cuando coloco su ultimo disco en la Web, un mes antes de su lanzamiento, con el proposito que los compradores sean quienes fijaran el monto a pagar. A diez días de su lanzamiento se especifico una descarga de 1.3 millones y los resultados fueron favorables; 8 dólares por descarga. Para muchos especialistas, el modo como se esta invirtiendo el sentido del negocio discográfico, fija la antesala del desplome de la industria musical, que hasta la fecha pretenden ponerse en situación de decidir a quién producen y a quien no.
Mientras la venta de aparatos reproductores sigue en alza, la venta de álbumes, según Brian Hiatt y Evan Serpick de la revista Rolling Stone, cayó de 785.1 millones en 2000 hasta 588.2 millones en 2006. Por otra parte Juan Luis Nugent del semanario peruano Somos, complementa que en menos de dos décadas la industria discográfica ha disminuido sus ventas en mas del 60% y la tendencia es que este se incremente mas con el paso del tiempo. Nugent considera que el negocio de la música es incierto, argumenta que esta a diferencia de los otros bienes de consumo existió mucho antes de que hubiese un soporte de registro.
La Virgin Megastore de Manhattan, emblema de las grandes discotiendas ha cerrado sus puertas debido a la nueva dinámica de consumo/producción, poniendo a prueba las tentativas del público, situando así el primer viraje significativo desde la aparición del negocio de la música. Estamos entrando a una nueva etapa donde el soporte de consumo lo determinan los usuarios quienes están imponiendo sus reglas y no las disqueras tradicionales. El consumo gratuito del material, empezó como un juego en medio de la industria y la piratería, a mitad de la década de los noventa, entre usuarios de intercambio de archivos, que género una escandalosa reacción, a la que se sumaron artistas como Metallica.
No obstante muchos managers y artistas concientes de este fenómeno, ven que el negocio ya no esta en la venta de los discos.
Se retoma de este modo la cultura del single por un lado, y por el otro, se vuelve a los conciertos. Las giras se convierten en el medio principal de subsistencia económica para un artista y las corporaciones han reinventado el politica al considerar la importancia de los eventos publicos.
“ Los llamados contratos de 360 grados se orientan a distribuir una parte de los ingresos del artista por concepto de venta de merchandising, conciertos y similares a la disquera. En retribución, esta dedica mayores esfuerzos a la promoción del artista, así como facilita contratos de auspicio y afines”. (Juan Luis Nugent, 2009).


Otra alternativa de los artistas es la de licenciar a una disquera para que distribuya los discos, pero sin que posea los derechos de la obra original. De esta manera organiza y facilita giras para que el artista venda un disco y este, a su vez, tiene una mayor autonomía y control sobre su obra. (…) El intercambio de la música de manera libre es un fenómeno que es ya ineludible e irreversible, que ha generado que más gente escuche música. Este fenómeno favorece a los jóvenes en su lucha por su derecho gratuito de acceso a la cultura y que a la vez ha generado una abierta relación entre el músico y el público.
Evidentemente las producciones discográficas son la carta de presentación de un artista local, muchos de ellos están de acuerdo, que la tecnología se haya convertido en un aliado que favorece tanto al músico como al consumidor, al replantearse la formula comercial. Si consideramos las descargas un mal necesario no queda otra que adaptarse a la forma. Para el solista Pelo Madueño; este tema, al igual que las piraterías y el boom de los MP3 son circunstanciales, producto de la fiebre virtual, que en algún momento terminara. Madueño tiene la esperanza de que en algún momento el público buscara los discos, por una cuestión de valor objetual.

Respecto a la temática de los espectáculos públicos de Rock en nuestro medio, la entrevista de L. C. Burneo a Coqui Fernández de People & Music, completa nuestra duda sobre el desazón que existe entre músicos y empresarios, disyuntiva que ha generado malestar sobre todo en los músicos, respecto a los conciertos internacionales efectuados durante los dos últimos años.


Si bien es cierto que este tipo de espectáculos contribuye la difusión de los grupos locales, otros consideran que la forma como se están llevando los conciertos internacionales fragmenta la escena en nuestro medio, y que solo beneficia a empresas que los organizan. Las razones son obvias, debido al desinterés técnico hacia las bandas locales, al condicionarles la apertura del show con un sonido inauténtico, que no guardan la altura para sonar bien en el escenario, esta práctica es muy discriminante, en ese sentido Julio Pérez vocalista de la Sarita, considera que entre productores y artistas existe mucho por trabajar. A esto se suma la falta de espacios disponibles para conciertos de gran magnitud.
A pesar de no existir un entendimiento entre músicos y empresarios, estos últimos consideran que el mercado del Rock en el Perú, se esta incrementando poco a poco. Coqui Fernández, organizador de conciertos, afirma que “En Argentina existen más de 300.000 personas que asisten a conciertos una vez al mes. En Brasil en cambio, Río y Sao Paulo duplican esta cifra”. Acota que el Perú va en ese camino, pero depende de muchos factores. Las dos exitosas presentaciones de Soda Stéreo en el 2008, recaudo una asistencia de100 mil asistentes y unos 35 mil las presentaciones de R.E.M. y los Fabulosos Cadillacs respectivamente, esto nos da a entender el reducido tamaño del mercado local.


Fernández, ha tenido la opción de seguir trayendo más bandas, pero considera que el trabajo requiere del serio compromiso de los auspiciadores, no basta la reducción de los impuestos, ya que traer mas bandas importantes significa incrementar más los costos, debido a la exigencia de estos en infraestructura, sonido y seguridad.
Si las cosas van en ascenso el despliegue de la competencia se incrementaría, lo que significa mayor esfuerzo y responsabilidad en la producción, Armar una banda podría llegar a ser un trabajo que puede llegar a ser remunerativo, algo del que se puede vivir. La conciente introspección, el conocimiento sobre la importancia de la industria musical, la forma como deben abordarse los conciertos, así como la práctica de los medios virtuales, son recursos relevantes tanto para músicos y publico en general.
Por otro lado para concluir consideramos la existencia de una entidad cultural privada, que se encargue de buscar, registrar y sacar a la palestra por lo menos las producciones y composiciones, de las bandas “anónimas” de todo el país; material que creemos de suma importancia para poder recuperar aquella dimensión perdida del “rock nacional”. No seria inoportuno pensar en un Museo del Rock que guarde la memoria contemporánea de los grandes músicos.

Bibliografía & Webbliografía:
Revista Somos – numero 1185, suplemento del diario el Comercio, Lima (22 de agosto del 2009).
Ondas Acústicas, Juan Luis Nugent.

In Raibows y la Industria Musical en Decadencia, (15 de diciembre del 2008)
Laslo Rojas.

Revista Phantom, numero 14, Lima (2009).
La Actual Escena del Rock Nacional, Juan Carlos Cabrera.

L. C. Burneo, Entrevista con caqui Fernández de People & Music, Lima (2009).



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